Durante nuestra visita a Normandía (Francia), tuvimos oportunidad de conocer varios lugares espectaculares como el Mont Saint Michel y escenarios de pasajes históricos como las Playas del Desembarco. Pero también hubo tiempo para explorar pequeños pueblos, ciudades con un importante patrimonio cultural, abadías, etc. En esta ocasión os queremos hablar de Honfleur y Le Havre, dos localidades muy distintas en la desembocadura del Sena que están conectadas por un prodigio de la arquitectura moderna: el Puente de Normandía.
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Visitar Honfleur
Situada al sur del estuario del Sena, Honfleur es una pequeña localidad de menos de 8.000 habitantes perteneciente a la región de Baja Normandía. Su fundación se remonta, como mínimo, al año 1027. Ya por entonces era un importante nexo de comunicación con Inglaterra y durante siglos contó con uno de los puertos más relevantes de Francia. Hoy en día no conserva ese interés a nivel comercial, pero su Vieux Bassin (Viejo Muelle) de 1681 atrae cada año a miles de turistas. Y es que en este precioso puerto, que inspiró a tantos pintores impresionistas, parece que se haya detenido el tiempo.
Flanqueando el dique se extienden hileras de casas de los siglos XVI a XVIII a cual más singular, cada una con su propio tamaño, color y forma. El resultado es un colorido y pintoresco conjunto que nos recordó mucho a Nyhavn, en Copenhague. Además de las fotogénicas casitas, un edificio destaca a la entrada del muelle: la Lieutenance, una enorme mole de piedra que sirvió como residencia del lugarteniente del Rey en el s.XVII. El otro gran atractivo de la ciudad, a nivel de patrimonio, es la Iglesia de Santa Catalina, un precioso templo de madera de 1468. Si vais a visitar Normandía, os sugerimos que hagáis una paradita en este pequeño pueblo. En 1 hora habréis visto lo esencial pero, si queréis seguir explorando, al final del post os dejamos el enlace de su web de turismo.
Visitar Le Havre
Al otro lado de la desembocadura del Sena, en la Alta Normandía, se encuentra Le Havre (El Havre), con cerca de 200.000 habitantes y el segundo puerto más importante de Francia. Fundada en 1517, Le Havre creció mucho más rápido que su vecina sirviendo como punto estratégico militar y comercial. Fue protagonista de la exploración de las Américas, de la trata de esclavos, del comercio con Inglaterra, de invasiones, guerras, etc. Su puerto, en contraposición al de Honfleur, es enorme y de escasa belleza. A decir verdad, Le Havre no es una ciudad especialmente bonita (o es bonita a su manera). Y es que los bombardeos de la II Guerra Mundial la dañaron muy gravemente, reduciendo buena parte de sus edificios históricos a escombros. La restaurada Catedral de Notre-Dame es uno de los pocos edificios que mantiene una apariencia similar a la que debió tener en el s.XVI.
Pese a las nefastas consecuencias de la guerra, Le Havre supo resurgir de sus cenizas y la reconstrucción de su centro, llevada a cabo entre 1945 y 1964 por Auguste Perret, fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. A nivel estético no supimos encontrarle la gracia, sinceramente, pero quienes entiendan de arquitectura y urbanismo seguro que valorarán el motivo por el cual recibió esta distinción: «la explotación novedosa del potencial del hormigón». De hecho, Perret es recordado por muchos como «el padre del hormigón». Sus dos edificios más paradigmáticos son el Hôtel de Ville (Ayuntamiento) y la geométrica Iglesia de San José. Y podéis visitar el Appartement témoin Perret para haceros una idea de cómo eran los pisos destinados a realojar a las familias desplazadas.
Le Havre tiene otros edificios singulares, entre los que destaca Le Volcan (1982) de Oscar Niemeyer, utilizada como sala de eventos. Por otra parte, la ciudad tuvo también un estrecho vínculo con el impresionismo. Monet vivió allí durante casi toda su infancia y pintó en Le Havre el cuadro que daría nombre al movimiento: «Impresión, sol naciente», con su personal visión del puerto. No encontraréis este cuadro en Le Havre, pero sí un buen número de afamadas pinturas impresionistas en el Museo de las Bellas Artes André Malraux, el más visitado de la ciudad. Si pensáis visitar Le Havre también encontraréis datos prácticos al final del post.
El Puente de Normandía
Honfleur y Le Havre están conectadas por el Pont de Normandie, que atraviesa la desembocadura del río Sena con sus 2.143 metros de longitud. Construido en 7 años, el Puente de Normandía fue inaugurado en 1995 y hasta 1999 fue el puente atirantado más largo del mundo. Hoy en día es el 6º en ese ranking, pero sus desmesuradas proporciones siguen impactando a cualquiera. Nosotros sólo lo vimos desde la distancia por cuestiones que no vienen al caso, pero si tenéis oportunidad de cruzarlo, creo que debe merecer la pena la experiencia.
Información práctica
- Ubicación: Honfleur y Le Havre en Google Maps
- Cómo llegar:
- Avión. En las cercanías sólo hay dos aeropuertos: Caen y Deauville, con escasas o nulas conexiones desde España. Lo más normal es volar a París, situada a unos 200km.
- Carretera. Desde París se tardan algo más de 2h por la autopista E5. En nuestro caso, el campamento base fue Rouen y aprovechamos para conducir por la bucólica Ruta de las abadías normandas. En este caso hay que contar 1h, aprox., lo mismo que desde Caen.
- Tren. Le Havre tiene estación de tren, pero no especialmente bien conectada. Desde París Saint Lazare, eso sí, hay trenes directos que tardan unas 2h 10m. Puedes comprobar horarios y precios o comprar tus billetes en la web de Oui.sncf.
- Bus. No hemos encontrado rutas nacionales o internacionales que merezcan mención.
- Barco. Brittany Ferries cubre la ruta en barco entre Le Havre y Portsmouth (Inglaterra).
- Alojamiento en Le Havre:
- En esta ocasión no dormimos en Le Havre, así que no tenemos recomendaciones de primera mano. Sin embargo, aquí os dejamos un listado de hoteles para que les echéis un vistazo.
Si no encontráis lo que buscáis os sugerimos que le deis una oportunidad a este buscador, una alternativa a Booking que a nosotros nos encanta.
- Turismo oficial: Honfleur | Le Havre | Normandía | Francia
Fotos: (1, 2 y 3) Puerto de Honfleur (5) Catedral de Notre Dame en Le Havre (6) Ayuntamiento de Le Havre. Autoría: Lupe/Los apuntes del viajero || (4) Iglesia de Santa Catalina, Honfleur. Vía ShutterStock. (7) Iglesia de San José, Le Havre. Vía ShutterStock (8) Puente de Normandía. Vía ShutterStock.
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Qué lindo !! Nosotros en nuestro viaje por Europa hicimos más bien ciudades grandes por una cuestión de tiempo, pero hemos recorrido pueblos y ciudades chicas, sobre todo en España, y la verdad es que tienen una riqueza increíble. Si los vientos nos acompañan, uno de nuestros próximos viajes será en pase de tren haciendo escala en cada pueblo que podamos :) Ya agendamos Honfleur y Le Havre para Francia :D :D :D
Hola! Honfleur, desde luego, merece una parada como pueblo pintoresco. Le Havre es más bien ciudad de hormigón y un toque vanguardista, pero no tiene encanto como pueblecito. Por Bretaña y Normandía seguro que encontráis muchos que sí cumplen esos requisitos jeje. SAludos!
Hola!! he leído la ruta por Bretaña y me gusta cómo la hicisteis, nosotros queremos ir éste verano en coche desde Alicante(palizón), llegando hasta Burdeos, pero ir a Saint Michel y las playas del Desembarco y además queremos visitar Ruan, pero no me decido cómo empezar… si llegando a Ruan e ir volviendo o al revés, podrías orientarme un poco con vuestras experiencias
Hola, Ana! Bueno, nosotros las ruta por Bretaña y Normandía las hicimos en viajes separados. Si tenéis tiempo de sobra, podéis hacer un mix de ambas. En todo caso, yo daría preferencia a Bretaña, que es mucho más bonita. No hace falta adentrarse hasta el final de la península, pero hay muchos pueblos y castillos preciosos. Normandía, en cambio, no es tan espectacular. Tiene el Mont Saint Michel, claro, y todo el tema del desembarco, pero no sé hasta qué punto merece la pena ir mucho más al norte. Cread un Google Maps con los puntos que más os llamen la atención y a ver qué ruta se presta. Si dudáis entre varios lugares, os podemos dar nuestra opinión. Pero estas cosas siempre son muy personales. A Normandía, por ejemplo, fuimos con un amigo al que le chiflan los museos de la IIGM y nos tragamos unos cuantos que él diría que son «imprescindibles» jaja. Saludos!